martes, 18 de enero de 2011

Doble vida.

Ocasionalmente, vemos reflejados nuestros errores en los de los demás. Eso no necesariamente significa que aprendamos de ellos —es bien sabido que necesitamos probar la mierda, solo por saber que es inmunda—. Personalmente, no podría ser yo la excepción a esa norma. Aunque los años me piden con clemencia abandonar la idiotez redundante de mis errores, el poco amor propio me lleva a caer una y otra vez en la misma fonda de miseria; misma que produjo el nacimiento de un callo en el guargüero por ingestión de alcohol.

Por otra parte, tengo un perfil con algunas fotos en la asquerosa red "facebook" (solo por necesidad, más bien poca vanidad). En ellas parezco un tipo feliz y simplón; cierto, nada más lejos de la realidad. La verdad es otra, la verdad está plasmada en este fetichista blog. Vivo de envidias, recelos, resentimientos, rabias, frustraciones y miedos. Quien no me conoce, no podrá ver relación alguna entre esas fingidas sonrisas de allá, con la acostumbrada cara de puño y pocos amigos que tengo al escribir esto.

Pero: ¿qué relación hay entre mi incapacidad de aprender de mis errores, con la vergonzosa mentira de mi vida en facebook? He acá la explicación:

Si mi ex-suegra leyera esto (cosa que dudo realmente), sabría que muchos de los madrazos que espetaba al machucarme el dedo pequeño del pie, estaban en realidad demostrando mi ser en pleno. Si mi ex novia lo hiciere, solo lo confirmaría. Aun cometo el error de creer en promesas sin sentido, en ilusiones solo mías y de vivir en un pasado infructuoso que solo me trae decepciones y amargura. Es cierto: soy un ser destinado a estar amargado, a tener pasado de amargado y a discernir cada vez más con la gente. Es mi naturaleza, lo que mantiene mi esencia de seudo-autista.

Pero —aclaro—, no soy un cochino emo. No me quiero morir. Me gusta, me acostumbre y me enamoro de la miseria de vida humana, especialmente de la propia. Ojala fuese misántropo, no sería tan claramente misógino. Pero lo soy. Indistinta e inconscientemente hiero a las mujeres que ve en mi algo que creen bueno, pero que es solo una ilusión barata de su propia imaginación. Mi imagen, que no vale nada, la misma que ven en el susodicho perfil de porquería, no es más que la posuda intención de un pretencioso ser "normal". La vida real, la que está plagada de problemas, sufrimientos, preocupaciones, secreciones, desperfectos; es la que realmente quiero proyectar. Como me gustaría tener los huevos de poner en mi perfil el barro que me salió en la cabeza la semana pasada. Me produjo tanto asco, que preferí taparlo con crema antes de perder el apetito (…)

Pero no. Lamentablemente no tengo el carácter necesario y, dependo todavía de la sociedad cochina a la que tanto critico y aborrezco. Se asquearían y seria la gente la que se alejaría de tan infame humanidad. Pero bueno, finalmente lo que cuenta es esta intención.

Pero bueno, mejor me voy a comprar unos tenis, me voy a peluquear y a arreglar las uñas porque estoy hecho un esperpento. Ha, y feliz año.


 

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