(Después de un episodio de sentimentalismo causado por ingesta desmesurada de licor adulterado y después de despachar varias rutas de buses para el centro por equivocación, Ramplón y su anterior entrada, le piden excusas a nuestros sexis y fogosos lectores)
Tras haber sobrevivido esta semana pasada, una semana llena de pecados y lujuria, pero para reivindicarme y encontrar el perdón divino tome mucho vino de consagrar. Una semana que el mundo católico denomina “semana santa”, que no es más que una semana para que el perezoso haga de las suyas, el borracho tenga más tiempo de embriagarse, los libidinosos tengan un motivo mas para excitarse pensando que se van a quedar pegados y una semana para que los viejitos jodan mas que de costumbre.
Como no soy muy creyente, opte por tomar algunos días de esta semana para descansar y pensar con cerveza en mano en algunas cosas de las cuales me siento inconforme conmigo mismo y con mi prójimo, cuando llevaba a lo sumo unas 10 cervezas en lata y ya me estaba empezando a encabronar por ver en cada canal televisivo a un Jesús distinto, algo paso en mi y decidí optar por el consejo que primaba en estos días que es “El perdón”, algo que no es muy común en mi, me sentía mal conmigo mismo, no solo por el hecho de que no me había bañado en toda la semana y tenia cierto olor a pescado, a lo cual pensé que no era resentimiento si no ASCO, ese mal olor activó en mi una reflexión, ya no veía con los mismos ojos a una sociedad, algo me decía que tenia que perdonar y tolerar a un cierto tipo de personas que odiaba mas que a mi, aprendí a tolerar a:
- Las personas que hablan más duro que el resto en un recinto cerrado.
- Las personas que tienen un pitido fastidioso en la nariz al respirar.
- Las personas que clavan sus rodillas en el espaldar del a silla de una bus.
- Las personas que dejan la silla caliente del bus por más de 5 minutos.
- La persona que cuando se baja del bus me jala el cabello, o me pega con el bolso en la cara.
- Las personas que en sus muñecas poseen más de 2 manillas de hilo, acompañadas de un anillo en el dedo pulgar.
- Las personas que todavía tiene un tono monofónico en el celular
- Las personas que me regalan una cerveza demasiado fría que me entumece el cerebro.
- Las personas que me regalan una cerveza caliente.
- Las personas que celebran el día viernes, sabiendo que tienen que madrugar a trabajar el sábado.
Esta semana pasada aprendí a tolerar y perdonar a este tipo de personas, pero como yo soy de los que perdonan pero no olvidan, todavía siento el mismo o mayor resentimiento sobre estas personas, además, es una semana al año en la cual podemos liberarnos de nuestras culpas y pecados, de resto podemos seguir con nuestras vidas, igual ya estamos perdidos y no nos quedas mas que unos meses de vida, por aquello del fin del mundo, así que el que peca y reza empata, entonces o nos vamos a penaltis o perdemos por doble u.
CECILIO
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