jueves, 28 de abril de 2011

Odio público generalizado

Como ya lo he mencionado en mas de una ocasión, me molesta de sobre manera las personas que hablan en un tono superior al que la mayoría de personas lo hace, eso también quiere decir por ende y abiertamente, que odio también a las personas que se ganan la vida en este oficio, en resumen ; ODIO A LOS CUENTEROS. Puedo lanzar este juicio, puesto a que conozco a algunos de ellos, unos de "renombre", otros, unos simples pelagatos que se ganan el diario, muy aparte de que con la jeta de ganen el dinero que con ningún esfuerzo o habilidad corporal se lo pudieran ganar, los odio solo por el hecho de que tienen un poder de persuasión mayor al del resto de humanos, pero eso no les da derecho, que se crean el centro de atención ni que se crean mas o menos que nadie, Por lo general, y sin caer en mis propias palabras, puedo tener certeza, que no son NADIE, no hacen falta en la sociedad, libremente podemos reír y divertirnos sin necesidad que alguien tenga la vocería sobre temas y lugares comunes. Quiero que esto sea leído por muchas personas, y que a su vez por otras mas y que en algún momento, este texto burdo y ordinario llegue a los ojos de quien debe llegar, para que así se entere de cuanto es mi odio por Uds Pequeña minoría de haraganes, mal habidos, y juro con la mano izquierda puesta sobre la tumba de Teresita Gutiérrez que no volveré a escribir sobre esta calaña, que ha parido este mundo que esta a punto de acabarse y espero que acabe primero con estos engendros. Gracias

lunes, 25 de abril de 2011

Reflexión y tolerancia

(Después de un episodio de sentimentalismo causado por ingesta desmesurada de licor adulterado y después de despachar varias rutas de buses para el centro por equivocación, Ramplón y su anterior entrada, le piden excusas a nuestros sexis y fogosos lectores)

Tras haber sobrevivido esta semana pasada, una semana llena de pecados y lujuria, pero para reivindicarme y encontrar el perdón divino tome mucho vino de consagrar. Una semana que el mundo católico denomina “semana santa”, que no es más que una semana para que el perezoso haga de las suyas, el borracho tenga más tiempo de embriagarse, los libidinosos tengan un motivo mas para excitarse pensando que se van a quedar pegados y una semana para que los viejitos jodan mas que de costumbre.

Como no soy muy creyente, opte por tomar algunos días de esta semana para descansar y pensar con cerveza en mano en algunas cosas de las cuales me siento inconforme conmigo mismo y con mi prójimo, cuando llevaba a lo sumo unas 10 cervezas en lata y ya me estaba empezando a encabronar por ver en cada canal televisivo a un Jesús distinto, algo paso en mi y decidí optar por el consejo que primaba en estos días que es “El perdón”, algo que no es muy común en mi, me sentía mal conmigo mismo, no solo por el hecho de que no me había bañado en toda la semana y tenia cierto olor a pescado, a lo cual pensé que no era resentimiento si no ASCO, ese mal olor activó en mi una reflexión, ya no veía con los mismos ojos a una sociedad, algo me decía que tenia que perdonar y tolerar a un cierto tipo de personas que odiaba mas que a mi, aprendí a tolerar a:

  • Las personas que hablan más duro que el resto en un recinto cerrado.
  • Las personas que tienen un pitido fastidioso en la nariz al respirar.
  • Las personas que clavan sus rodillas en el espaldar del a silla de una bus.
  • Las personas que dejan la silla caliente del bus por más de 5 minutos.
  • La persona que cuando se baja del bus me jala el cabello, o me pega con el bolso en la cara.
  • Las personas que en sus muñecas poseen más de 2 manillas de hilo, acompañadas de un anillo en el dedo pulgar.
  • Las personas que todavía tiene un tono monofónico en el celular
  • Las personas que me regalan una cerveza demasiado fría que me entumece el cerebro.
  • Las personas que me regalan una cerveza caliente.
  • Las personas que celebran el día viernes, sabiendo que tienen que madrugar a trabajar el sábado.

Esta semana pasada aprendí a tolerar y perdonar a este tipo de personas, pero como yo soy de los que perdonan pero no olvidan, todavía siento el mismo o mayor resentimiento sobre estas personas, además, es una semana al año en la cual podemos liberarnos de nuestras culpas y pecados, de resto podemos seguir con nuestras vidas, igual ya estamos perdidos y no nos quedas mas que unos meses de vida, por aquello del fin del mundo, así que el que peca y reza empata, entonces o nos vamos a penaltis o perdemos por doble u.

CECILIO

jueves, 21 de abril de 2011

Una historia aparte

He sido acusado de muchas cosas en mi vida. Algunas son ciertas, muchas otras no tanto; solo he aprendido a vivir con acusaciones, en fin.



De todo lo sucedido aprendí, a pesar de no haber terminado mi carera universitaria —y al contrario de la creencia popular de que el que no es estudiado es un imbécil— algunas cosas que considero importantes para un ser humano. Sé que no es correcto robar, ni mentir, ni callar; Aun así, se que como político no podré jugar. Pero bueno, el asunto que me atañe es otro. Y aunque no me quiero poner filosófico aceptare que una niña que leí hoy me hizo cambiar un tanto la perspectiva. Pero bueno, ya basta de introducciones. Acá va mi historia.


Esperanza es una niña muy inteligente y muy muy bonita. Ella vivió en casa con sus papas hasta la mayoría de edad. Aun así, continuo sus estudios profesionales y termino su carrera como una economista éxito, muy reconocida en el medio. Su novio, Carlos, no difiere mucho de la historia. Él también estudio una carrera y conto con la suerte de que sus papas pudiesen pagarle una muy buena carrera en una muy buena universidad. Sin embargo, algo era distinto entre ellos.


Carlos era un tipo especial, no tanto por su manera de pensar o de actuar, sino que sabía exactamente como aprovechar cada oportunidad que la vida le brindase. Esperanza, a diferencia, tenía en su creencia el buen pensar de fe. Ella creía en la buena voluntad de la gente y veía en los demás su propia propensión a ayudar al prójimo. Craso error.


La vida los guio a una encrucijada, una en la que las casualidades de la vida les llevaron a tener un hijo y a tener la intención de una familia. Era de esperar que Esperanza pensara en ello, pero Carlos no. Una familia era un compromiso que no cabía en la cabeza de Carlos, de manera que solamente huyo, pensó que la vida no deponía nada más para el que un mundo de responsabilidades innecesarias. Mientras tanto, esperanza lloró.


Así, de esta manera, Esperanza dejo de creer en los hombres. Su hijo, fiel víctima y protagonista de un amor veía mientras su mama se negaba ante un mundo que la pretendía y nosotros, sus expectantes fieles, esperamos que su alma sane.


martes, 5 de abril de 2011

Pierda su tiempo... con responsabilidad

Una pregunta que muy frecuentemente me hago, y es el ¿por qué todo el mundo anda tan estresado y afanado en su trabajo? ¿Qué es el estrés? La respuesta a eso, es por que somos susceptibles a la pereza, estoy seguro que en un 90% de los casos, los trabajos nos son difíciles de ejecutar, es solo que como nos proporcionan esa facilidad, dejamos pasar el tiempo, o crememos que lo hacemos mejor si nos "relajamos un ratico" en FACEBOOK, o escribiendo estupideces en TWITTER, pero no nos ensañemos con Internet que no siempre tiene la culpa de la ineptitud, cuando uno no quiere hacer las cosas, pues no las hace, uno espera a preocuparse para hacerlas, y hacerlas mal, para así sacar una excusa nueva y volver a posponer esa responsabilidad.

De responsabilidad sabemos poco, o quien de alguno de ustedes lectores, es de los que adelanta trabajo cuando no tiene nada que hacer, o cuando ni siquiera lo están mirando, no señor¡¡¡, apuesto todo lo que quiera a que usted lector, en su trabajo, si no esta pelándole muela a alguna recepcionista, asistente, señora de los tintos, en el caso de Ramplón a la vieja que vende cilantro en el local de al lado, o esta mirando en la agenda de su celular a quien llamar, para joderle la vida bien temprano o si tiene acceso a una fotocopiadora se siente tentado a fotocopiarse el culo. En mi caso todas la mañanas, me compro las paginas mas leídas en los estratos bajos de la ciudad de Bogotá "El espacio", es el único impreso en el que puedo encontrar todo lo que necesito: viejas en bola, anuncios del indio amazónico, un crucigrama que siempre tiene las mismas respuestas, y lo mejor de todo puedo ayudar a mi colega y coequipero de estupideces con sus empleos, un (des)clasificado de empleos mal pagos que da la casualidad que siempre están ubicados del 20 de julio para arriba, esa es mi manera de perder el tiempo.

Tómese su tiempo, aprenda a hacer las cosas, no estoy queriendo decir que sea un lambon, pero si va a hacer las cosas por las que le están pagando, procure hacerlas, lento, pero bien, aprenda a perder su tiempo con responsabilidad, y piense que mientras leía esto, pudo haber hecho otras cosas mas importantes en su trabajo, por el momento le toco quedarse mas tiempo en la oficina, en la plaza, o si es ayudante de buseta leyendo desde un Blackberry toco trasnochar mas, les toco llegar a la casa mas cansados que de costumbre y quejándose por que "trabajo muy duro", y perderse la novela.

¿Y usted cómo pierde su tiempo?

CECILIO

lunes, 4 de abril de 2011

Otra razón para indignarse

Las nimiedades que se desempolvan a diario en este tierrero-nación (suponiendo que fuera una nación y no un caserío grande), son cada vez más controversiales. Hoy nos despertamos con una interesantísima propuesta que, a pesar de su intrascendencia, logro reavivar el espíritu revolucionario y la conocida y nunca bien ponderada indignación colombiana.



Las minas anti persona, aquel invento endemoniado usado por grupos al margen de la ley (léase FARC, ELN, Paramilitares) para defenderse de los peligrosos campesinos, los muy equipados policías y los aguerridos militares del ejército; han logrado conmovernos al punto de querer demostrar nuestro repudio de la maneras más efectiva, o bueno, no tanto (no es una marcha).


Y espero herir susceptibilidades con lo que diré a continuación, porque sencillamente no puedo con la flagrante hipocresía bogotana; ¿cómo podemos decir que estamos ayudando y que estamos demostrando a los “desadaptados” de la guerrilla nuestra aversión; subiéndonos la puta manga del pantalón?


Lo único que sí sucederá es que noticias amarillistas como RCHN y Garracol sobre-cubrirán y sobre-dimensionaran la noticia, los pasquines locales y nacionales darán tanto bombo a semejante estupidez, hasta el punto de cumplir su misión: comentarios internacionales sobre la conocida sensibilidad, indignación y solidaridad en esta chochal.


No me extraña haber visto en twitter, en la calle, hasta en la misma oficina, arengas y un falso sentimiento de solidaridad, luciendo con la mayor de las gallardías el pedazo de pata sabanera que quedaba a la vista; mientras me marginaban por mi falta de patriotismo y solidaridad con los soldados, campesinos y policías que habían sido víctimas de dichas minas. Mi respuesta siempre fue la misma: “sí, no he hecho un culo y no me siento mal porque no he hecho nada de corazón, ni dar monedas, ni participar en campañas para fundaciones etc.; y no me sentiría mejor mostrando un pedazo de pierna cundido de vena varice”.


En resumen, a todas estas personas les deseo paciencia para cuando traten con personas como yo, a las que se les dificulta ser hipócritas y a las que les importa un culo (es más, me agrada) ver como despotrican de sí por sus ideales.