martes, 10 de agosto de 2010

Beodez congénita.

Lamentamos reiteradamente que el juicio con el que veníamos practicando el sano ejercicio que nos propende este ridículo blog, se haya visto afectado por la continua y reiterada tarea de embriagarnos —dado que antes era solo un menester de fines de semana—. Pero no, no permitiremos que esta buena costumbre coarte lo que queremos obtener, al seguir ejercitando las pocas neuronas qué consiguieron salir en regulares condiciones de este, nuestro fin de semana de desmadres.


Los miembros de esta secta (sí, queremos ser exonerados de impuestos), les aconsejamos un par de tips, congruente con el lamentable estado al que llegamos después de tales merluzas. Como tenemos claro el prototipo de gentuza que lee esta vaina, creemos dar con los tópicos adecuados para que sus turcas no terminen tan mal como pudiesen.


1. Si está considerando por una u otra razón (que sabemos que siempre es la misma), la opción de beber hasta intoxicarse etílicamente, no sea tan idiota de hacerlo en compañía de una mujer, por mas amiga que ella sea. Tenga en cuenta que ellas tienen intrínseco el espíritu maternal y en determinado momento van a tratar de evitarle hacerlo. Adicionalmente, busque un lugar donde los ridículos que vaya usted a protagonizar no tengan efectos traumáticos para su vida profesional, emocional u sexual. Es decir, hágalo encerrado en una pieza donde se pueda cagar si así se le antoja.


2. Si su objetivo es solo beber porque es sabroso, acompañado y entre risas; propenda a hacerlo con gente en la que realmente confía. Es pésima idea hacerlo cuando su cofrade está esperando el papayaso para tomarle una foto comprometedora o a lo sumo, sacarle alguna verdad que le arme un quilombo.


3. Por el contrario, si usted es de los que propugna por el sano soliloquio de beber para analizar una situación particular, evite tener objetos de valor en su posesión. Deje celular lo más lejos posible, porqué no hay nada peor que un borracho emproblemado con un teléfono disponible. También —si le es posible—, evite acceder a redes sociales en estos estados, siempre, siempre se va a arrepentir. Adicionalmente, si es otro del millón que posee un blog, evite escribir. Es muy usual delatarse con pensamientos sosos sobre usted mismo.


4. Por último, sí el trago se acabo antes de que sienta que es suficiente (sabemos que tal momento no existe, pero es un ideal que me gusta tener presente), no busque empeñar cuanto electrodoméstico tiene a la mano. Cuando esté enguayabado le va a hacer falta ver una película en el DVD o ya en últimas hasta el televisor.


Esperamos que de algo sirvan estos sabios consejos, porque si de algo que haya escrito acá sé, es precisamente de esto. Si se les ocurre algo más que deba incluirse, nos placería leerlo.

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