Amor, amistad y enanos.

Hoy estoy un poco triste. Realmente, de las pocas y escasas cosas que hilvanan los entresijos de mi relegada alma; están los males del corazón. Y hoy, con motivo de las advenideras celebraciones de amor y amistad, abordo. Porque, pese a qué renuentemente he declarado ser una persona carente de conciencia, arrepentimiento y juicio: he de aceptar que dentro de mí habita un enano, uno con la única tarea de complicarme las cosas que superficialmente considero intrascendentes.

Y es que no basta con emborrachar al pequeño adalid de la verdad, porque siempre encuentra la manera de amargarme. De hecho, los últimos días anda rebotado, quien sabe que habrá visto el desgraciado. Y por si fuera poco, ha tenido la desfachatez flagrante de inducirme a entrar en un coma emocional, qué me obliga a abstenerme de mi sana relación sicalíptica con mis mancebas de parranda.


Entonces, tras un sesudo análisis, llega a mí la posible razón de tan particular situación: ¿Sera que los enanos son la representación terrenal de aquellos pequeños traumas sin superar, razón de la posible empatía que sentimos por ellos? ¿Es posible qué en su tierno caminar, sus maneras y su peculiar hablado; se encuentre de trasfondo de nuestros recuerdos reprimidos?


Realmente no sé cómo podría solucionar tal dilema, dado que me encuentro entre la dicotomía clásica entre: ¿Los enanos, buenos ó malos? ¿Por qué existe el dicho: “divertirse como enano”? ¿Por qué mi representación simbólica de algo que me fastidia es un enano? Estas y otros tantos cuestionamientos se revuelcan en mi cabeza, mientras el berraco enano se jacta y se regodea en su miserable objetivo: joderme.

Ya para concluir: les comento que seguiré de baja nota mientras encuentro una razón más adecuada para dejar de sentirme como el solterón y amargado que soy ahora, porque es que no me sale ni pus con esta cara de culo con la que ando.


Que se los coma el enano de moda. Para mayor información, les recomiendo este blog sobre el tema: http://enanews.blogspot.com.