jueves, 15 de julio de 2010

NUESTRO BELLO CENTRO HISTORICO

Cuando se transita por las singulares calles del centro de nuestra contaminada urbe, se advierten variadas y exquisitas situaciones. Para no parecer un escritor Posmoderno –de esos que están tan de moda-, me limitare a describir lo que me atañe.




Si usted; resentido lector, es de los que arruga la jeta para evitar que le pidan monedas, viste con ropa al estilo “ligeramente usada” (como la de los chochales de chapinero), y usa demás artimañas para evitar ser atracado o víctima del muy odiado mimo, verá a continuación unas cuantas tretas que le serán útiles para sobrevivir a una turbada caminata por este desdichado lugar.


Primero que todo, ubíquese. Sí usted es el idiota que está hablando por celular y en voz alta sobre bancos, plata, compras y demás: ya perdió el año (no hay que hacer). Esta caterva de ampones muy seguramente ya lo tiene fichado y están buscando el momento de hacerle la ta-vuel. Si en cambio está hablando en dialecto “gomelo” (palabra pa’ inmunda esta), también lo van a joder. Lo más importante en estos casos es no hablar por teléfono en estos parales. Si la necesidad lo obliga a hacerlo, hágalo en un dialecto propio del lugar. Expresiones tales como: Cotopla, piltrafa, gurbia, gonorrea, pirobo; son más que necesarias para alejar las intenciones criminales.


Segundo, la cara. Este tópico es de suma importancia para sobrevivir a este cumulo de situaciones abyectas para su integridad. Como el nidajo de ratas donde placenteramente quiere usted transitar está plagado de roedores de la más baja calaña, debe usted pasar inadvertido. Cualquier cicatriz y huellas de una pelea a cuchillo y puñal pueden servirle. Si lamentablemente no las posee, se le tiene la respuesta: Bájese un diente, fijo pasa inadvertido. Un mueco siempre cabe en su parche.
 Por último –pero no menos importante– está la actitud. Tiene usted que parecer desvergonzadamente tranquilo. El caminado ramplón, la mirada entrecerrada, el tumbao, el sentirse el dueño de la vía y decirle a toda transeúnte que pase a su lado más lindo piropo “Mami, chupo teta”; son convenientes a la hora de pasar por un habitante más de estos metederos. Mejor dicho, que se le note que vive en los laches, Bosa (chiste innecesario), las cruces u otras ollas de las que seguramente usted proviene. Si tiene a la mano un palillo no se lo saque de la jeta en todo el trayecto. Si puede rascarse las bolas mientras camina y batir el brazo derecho (solo el derecho) como un péndulo, quedara divinamente.


Bueno, estas son solo recomendaciones de un desgraciado que no siguió el consejo y lo han atracado más de tres veces. Usted, inmundo lector, vera que hace.


2 comentarios:

  1. Excelente post, me robaron el celu en Enero, un vendedor de "Rosas" sali medio prendo de un barra libre y paila el tipo se me monto al hombro a ofrecerme rosas lo aleje con un - No me joda weon!! (la cague) jejeje, al subir al taxi ya no tenia celular.

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  2. Entusiásmese y aporte a tan malintencionado espacio, siga nuestros sabios consejos y no sufrirá como victima de estos antagonicos guaches amponzuelos

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